miércoles, 4 de mayo de 2016

A VECES LAS COSAS NO SALEN COMO ESPERAMOS. Y NO PASA NADA. ¿SEGURO?

Cuantísimas veces nos hacemos una idea de lo que vamos a hacer, o lo que tenemos planeado… todo perfecto en nuestra cabeza, hasta medidos los tiempos y las reacciones. ¡Qué películas nos montamos en nada de tiempo!

Resulta que cuando suceden las cosas, esas que habíamos planeado tan bien en nuestra cabeza… ¡nada que ver con lo esperado! Siempre hay algún imprevisto, alguna reacción inesperada, algún contratiempo… y nos llega la frustración, el cabreo –en mayor o menor medida. ¿Qué hacemos con esa frustración?

En el mejor de los casos nos la “tragamos” y ¡ale! Para adelante, sin dar importancia a que esa frustración, si no la atendemos, se va acumulando a otras hasta que algún día, en algún momento, puede incluso que estemos con alguien que ni siquiera tenga que ver con ese asunto… explotamos.

Pues bien, vamos a ver qué tenemos que hacer con las frustraciones cuando salen, antes de que explotemos cuando menos lo esperamos.




Antes de nada, necesitamos analizar nuestros planes, no hacernos la película, sino preguntarnos ¿qué queremos o necesitamos con este plan que vamos a hacer? ¿Qué expectativas tenemos y qué haremos si no se cumplen? ¿Podremos cambiar el plan si surgen imprevistos, hacerlo otro día, o con otras personas, en otro lugar, con otras herramientas…?




Y como siempre digo, en nuestra cabeza o en el papel, se aguanta todo… sin embargo somos personas y somos impredecibles, todo puede cambiar en un momento dado. Necesitamos adaptarnos a los cambios y, como uno de los pilares del modelo de coaching co-activo, aprender a Danzar en este Momento, que viene a ser la capacidad de adaptarse y gestionar los imprevistos en cada momento que surjan, aprender a estar con lo que hay en este preciso momento.


Recuerda además que ante el fracaso de un plan hay un aprendizaje valiosísimo que de otra manera no hubiésemos podido saber.

Si llega la frustración, ¡para… y piensa!

Para y piensa qué era lo importante de ese plan y revisa esas alternativas o prueba otras nuevas, no te enganches en el enfado ni en la culpa. La frustración tiene un sentido, nos “comunica” que no hemos satisfecho nuestro deseo o necesidad.

Así que cuando vayas a hacer planes, recuerda qué es lo importante de ese plan, cuál es ese deseo o necesidad que queremos cubrir. Revisa las posibles variantes que te marcaste y, en el momento que surja –si es que surge- la frustración, date permiso para explorar durante unos minutos, qué es lo que ha pasado, qué necesitas ahora y qué puedes hacer para ello.

¡Te deseo buenos planes y estrategias! ;-)




2 comentarios:

  1. Qué cierto es Beatriz y qué importante darse cuenta de la necesidad que se queda sin satisfacer, identificarla, nombrarla y tratar de satisfacerla uno mio y síiiiii para esto es miy importante la creatividad y la adaptación a los imprevistos, que al fin y al cabo es, a lo nuevo con que la vida nos dorprende

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    1. Muchísimas gracias Pilar por tu comentario!! :) Y qué bueno tal cual lo pones: identificar la necesidad, nombrarla y satisfacerla. Tres sencillos pasos que nos ayudarán a gestionar la frustración, que no es una emoción "mala o negativa", que la tenemos que hacer caso, para algo sale y algo nos viene a comunicar. ;)

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