Hablando con mi prima respecto a lo que la gente busca cuando
asisten a los talleres de desarrollo personal, salió esta frase: “¡Párate… y
piensa!”; frase que voy a empezar a utilizar para las formaciones y talleres
que imparto.
Por mi experiencia, el común denominador de las personas que
vienen a los talleres, es que necesitan parar y pensar.
De hecho, es algo que yo encontré en la
escuela CTI (The Coaches Training Institute)
en mi formación como coach profesional, parar… y pensar. No es que te
digan cómo tienes que hacer las cosas, sino que pares, pienses y lo
experimentes, descubrir qué te hace sentir bien y que te motiva o empuja, qué
es lo que te hace sentir peor y te cuesta hacer, qué bloqueos tienes… Está
claro que es dentro de ti donde están tus respuestas.
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Gina Kiel |
Y es que, realmente, necesitamos en nuestro día a día un
espacio, tanto físico como de tiempo, para parar y cuestionarnos qué nos sirve
y que no. O incluso un espacio para compartir nuestras dudas y abrir nuevas ventanas
donde poder explorar. Un espacio libre de juicios y fuera de nuestros
automatismos diarios, para poder pensar y ver con claridad dónde estoy y hacia
dónde me estoy dirigiendo.
Si, por ejemplo, estoy conduciendo mi coche y quiero ir a
Granada, voy por una ruta que no sé ni dónde estoy, ni en qué ciudad me
encuentro, qué carretera, la dirección que lleva esa carretera… Difícilmente podré
llegar. ¿Qué harías en esta situación? -Teniendo en cuenta que quiero ir a
Granada y no cualquier otra ciudad-. Algunas personas dirán que preguntar a
alguien, otras comprar un mapa, otras utilizar un GPS… Y, ¿qué tienen en común estas
acciones? El parar. Hace falta parar
para preguntar, hace falta parar para
comprar un mapa, hace falta parar
para poner en marcha el GPS…
¡Necesitamos parar incluso
para echar gasolina! Algo que en nuestro día a día no nos permitimos ni un
instante.