El síndrome del lienzo en blanco,
o estar perdido en medio del abismo, es parte de nuestro proceso de
aprendizaje.
Nos paramos, lo observamos…. Y nos
quedamos ahí. Quizás pensando que podemos hacer, esperando a que nos venga la
inspiración, que alguien nos “saque” de allí, saber con certeza el camino
correcto… miles, miles de cosas nos paralizan, cuando en realidad, somos
nosotros mismos los que nos paralizamos y bloqueamos.
Tenemos una “vocecita interior”
que nos va machacando cada idea que tenemos, “¡Así no!”, “¡Eso no sirve!”, “¡No
vas a saber!”… Nos asaltan tantas dudas
que apenas podemos distinguir lo real de lo imaginado. ¿Reconoces esa voz?
Es la voz que nos sabotea todos
los planes e ideas, la voz del miedo, la crítica hacia nosotros mismos, miedo a
lo que pueda pasar.
Jiddu Krishnamurti dijo “el miedo
sólo puede existir con relación a algo, no aisladamente, entonces, ¿Cómo es
posible que tengamos miedo a la muerte, que tengamos miedo a algo que no
conocemos? (...) ¿Es realmente lo desconocido (…) lo que tememos, o tenemos
miedo a perder lo que conocemos? (…) De modo que se trata de investigar cómo
liberarse del miedo a lo conocido…”
Desde esta reflexión, sería
interesante plantearse las siguientes preguntas:
- ¿Qué me aporta lo que ya conozco?
- ¿Qué puede pasar si "pierdo" eso que ya conozco?
- ¿Para alcanzar lo que quiero conseguir, me sirven esos patrones que ya conozco, o me funcionaría mejor cambiarles?
Sabiendo esto, es cuestión de dar
un paso tras otro, empezar, no hay nada bueno ni malo, no juzgar, es dejarse
llevar por el instinto, la intuición.
Conectar con nuestras fortalezas,
visualizar aquello que queremos hacer o conseguir y ponernos a ello.
Hay todo un mundo de
posibilidades ahí fuera, y siempre hay alguna que nos puede servir para dar
nuestros pasos.