miércoles, 31 de agosto de 2016

¡ÉCHALE VALOR!

Ya de vuelta de un gran verano... llega el tiempo de reflexionar ;-)

¿Alguna vez te has parado a pensar en qué hace que disfrutes de la vida y qué hace que no disfrutes tanto?

El que nos sintamos a gusto o satisfechos con nuestra vida, no depende tanto de las circunstancias sino de que aquello que hacemos tenga valor para nosotros. Una vida satisfecha es una vida que valoras.

¿Cómo sabemos entonces si estamos valorando nuestra vida?
Fácil, a través de nuestros valores.

Una respuesta en principio simple que tiene bastante “miga”. ¡Vamos a ello!


Los valores son algo tan importante en la vida de una persona, que es preciso dedicar cierto tiempo a definirlos bien, ya que aportará mucha claridad en nuestra vida y, también a la hora de tomar decisiones se hará mucho más sencillo. Cuando en nuestra vida, trabajo, etc… somos fieles a nuestros valores nos sentimos mucho más plenos y satisfechos.


Los valores son intangibles, no son los principios morales o éticos, aunque por ejemplo, querer vivir siendo fiel a una ética o moral puede ser un valor.

Los valores tampoco son cosas que hacemos o tenemos. El dinero, por ejemplo, no es un valor en sí mismo, aunque como recurso nos puede ayudar a respetar valores como la diversión, el servicio a los demás, la creatividad, aventura, espiritualidad, autenticidad, belleza… que sí son valores.

Tampoco son ideales que haya que desarrollar o adquirir sino que son los que expresamos a través de nuestra propia manera de vivir. Guían nuestra conducta, es lo que hace que nos movamos hacia un lado o hacia otro y nos identificamos con ellos.

A mí me gusta definirlos como el ADN de cada persona, es lo que en gran parte, la hace única, al igual que el aspecto externo.

No son tampoco los valores de la sociedad; la diferencia entre valores propios y valores de la sociedad, es que los valores de la sociedad son lo que esperan de nosotros que hagamos o sigamos para una determinada convivencia o cultura.





Cuando respetamos nuestros valores propios nos sentimos con una vida más plena y satisfecha, se convierte en una vida que valoramos.






Sin embargo, cuando no los respetamos, nos encontramos mal, se trata de situaciones en las que estamos “pasando” por encima de nuestros valores, ignorando lo que es importante en nuestra vida.

Respetar nuestros valores genera satisfacción plena aun cuando resulte duro, ya que hay momentos en los que nos sentiremos incómodos para vivir de acuerdo con ciertos valores importantes para nosotros.

En la práctica del coaching, los valores nos ayudan mucho a determinar si una elección es la más correcta para la persona.


Si quieres conocer tus propios valores, estate atento o atenta porque en breve, junto con David Díaz sacamos una guía en la que te ayudaremos a identificarlos y además, poderlos poner en práctica en tu trabajo y/o en tu vida.



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